Luego de todo. Luego de decidir que no, y de adentrar esa decisión en lo más profundo de tu ser y tratar de que la misma se esparza a lugares que no sabías que existían en tu cuerpo… luego de todo eso, tratas de vivir.
Y resulta: respiras, caminas, trabajas, reís, lloras, y todo parece volver a la normalidad. Todo eso que sufriste, todo eso que dolía… se convierte en algo que solía ser. La memoria de esa persona, es un recuerdo incómodo que molesta 2 segundos y basta, suficiente.
Pasan los días, pasan los meses y años… y de repente estás bien, contenta, esa felicidad esporádica te afirma que estás conforme y que no hay nada por qué preocuparse más adelante.
Y te armas de valor, construís murallas internas, te haces de una piel más gruesa y un corazón más frío… y funciona, en serio… funciona un buen tiempo… hasta que… maldita sea la hora en que una foto, una canción o algo que alguien dice o hace, te hace revivir en un minuto esos meses o años de desesperación, confusión y punzante dolor…
Todo eso que no dijiste, que no dijo, que sentiste y esa persona no sintió… todas las ilusiones que tenías en la cabeza, lo pseudo plena que era tu alma y la falsa felicidad en la que te apoyabas, todo vuelve… y lentamente sentís como se desgarra esa parte del corazón que estabas remendando. Es un puñal inesperado… que no deja tiempo para defenderte.
Así me sentí hoy. Por más que diga: “todo terminó” y “estoy bien, en serio, estoy bien”… están estas malditas secuelas que me llevan a un año y más atrás… todo ese dolor, el tiempo que perdí y las ilusiones que me hice yo sola… vuelven. Vuelven en un desliz que dura 2 minutos y tengo la mirada perdida y la respiración entrecortada y siento todo aquello que desperdicie en la persona equivocada.
Ojalá este escrito sea un réquiem… pero en honor a la honestidad, existen en mí pequeñas partes suyas, que siguen bien vivas. Similar a una herida abierta. Y mi sal son aquellas canciones, fotos, personas, lugares, frases… qué sé yo…
Luego de todo. Luego de decidir que no… no digo que quiero volver a esa época o que vuelvas de nuevo… sino quiero más adelante, en un futuro cercano y más sereno, escribir un verdadero réquiem, auténtico y definitivo. Un réquiem para ti…